En la época en la que estamos de fin de curso, son muchos los colegios que realizan festivales con las actuaciones de los alumnos. Esas actuaciones son grabadas por los padres y compartidas en redes sociales y grupos de WhatsApp.
En el post de hoy vamos a analizar esta práctica tan extendida y tan peligrosa para la privacidad de los más pequeños, que es realizada sin pensar en las consecuencias.
Lo primero es atender a la Ley que ampara la protección de datos. En ella queda explícitamente señalado que la difusión de imágenes en las que aparecen personas claramente identificables, debe contar con el consentimiento expreso de esas personas, a las que se le debe informar del uso y tratamiento que va a realizarse de esas imágenes. En caso de que las personas sean menores de 14 años, el consentimiento expreso e informado deben darlo los padres o tutores del menor.
Los centros educativos para cumplir con la Ley solicitan a los padres y tutores el tratamiento de imágenes y datos personales de sus hijos. Hay padres que no dan este consentimiento, porque no quieren exponer a sus hijos en las webs o redes sociales del centro. Esto se debe tener en cuenta, ya que si esos menores están en las grabaciones, se estaría cometiendo un delito.
Por tanto, en la medida de que las personas que realizan y comparten las grabaciones no han solicitado permiso e informado del uso que se hace de estos datos personales, queda prohibida su difusión. La cual puede suponer sanciones en materia de protección de datos.
Lo siguiente es entender que todo aquello que compartimos en redes sociales, deja de estar bajo nuestro control, con lo cual, puede llegar a manos de personas que utilicen de forma malintencionada la imagen de nuestros hijos o de los hijos de otras personas.
Es importante mantener nuestros perfiles sociales con el máximo de privacidad disponible, para que las imágenes y vídeos lleguen al público restringido (círculo de amigos y familiares). Aunque esto tampoco asegura que esas grabaciones no sean difundidas por otras personas, quedando expuestas al público en general.
Todos los afectados, en caso de descubrir imágenes o datos personales en redes sociales o otras fuentes de Internet, pueden recurrir a la Agencia Española de Protección de Datos para exigir su derecho a la supresión o eliminación de dicho contenido, tal y como reconoce el Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD).
Es necesario concienciar a la sociedad de la vulnerabilidad de los menores ante las redes sociales. Es importante que como padres realicemos esa labor de prevención y conciencia y evitemos exponer a los pequeños. Cuando sean mayores de edad, que sean ellos los que decidan cómo tratar su imagen en Internet. No decidamos por ellos, es el consejo de las organizaciones que velan por la privacidad de los usuarios como el INCIBE o el OSI.